Una niña de 8 años murió deshidratada luego de que sus padres la obligaran a saltar en un trampolín bajo un ambiente extremadamente caluroso: estaban a 110 grados en Texas, Estados Unidos.
El hecho ocurrió en la ciudad de Odessa el pasado 29 de agosto, cuando la policía acudió al llamado de Daniel Schwarz, de 44 años, y su esposa Ashley, de 34, quienes la obligaron a saltar sin detenerse y sin la posibilidad de tomar agua. El caso de maltrato infantil indignó a miles de personas.
Las autoridades declararon a Jaylin muerta y posteriormente descubrieron que la causa fue la deshidratación que experimentó durante el brutal castigo, pues la temperatura aproximada de la lona era de 43 grados centígrados y la del suelo llegaba a 65. Además, le habían prohibido desayunar ese día. “Es un delito muy grave por el que deberán pagar”, dijo la policía.
En consecuencia, los padres fueron arrestados y ahora enfrentan cargos por asesinato; un delito por el que, de ser declarados culpables, deberán pagar con la pena de muerte. Mientras tanto, la pareja permanece detenida y sin derecho a fianza hasta su próxima audiencia judicial.
“Una investigación adicional reveló que a la niña no se le permitió beber agua porque no estaba saltando”, se lee en el informe presentado el pasado 8 de octubre. El caso también hizo sonar lo recientemente ocurrido en Salem, Estados Unidos, donde una niña murió de hambre porque sus padres le escondían la comida.
La menor se encontraba en un estado deplorable; pesaba 15 kilos, los huesos eran completamente visibles y la piel presentaba moretones. Estaba tan demacrada y deshidratada que los médicos no pudieron extraerle sangre para realizarle los análisis correspondientes e incluso fue comparada con las víctimas del Holocausto.
(Agencias)