*El ex jefe policiaco es el máximo responsable de la ola de inseguridad que golpea los destinos de la entidad y de la brutalidad policiaca de sus subordinados.
Por Víctor Flores
Finalmente cayó quien tenía que caer, ya era insostenible, Alberto Capella Ibarra, ahora ex secretario de Seguridad Pública estatal, solo le hizo daño a Quintana Roo, deja cuentas pendientes, nunca ofreció resultados positivos y la percepción de inseguridad durante su mandato al frente de la corporación policiaca creció de manera exponencial por el incremento de robos, asaltos, violaciones, violencia, feminicidios y ejecuciones.
Capella Ibarra se dedicó al trabajar con el discurso, con números y estadísticas poco creíbles, pagó prensa local y nacional para proteger su imagen, pagaba vacaciones a periodistas nacionales en Cancún, Playa del Carmen y Cozumel para ensalzar su imagen.
Vive como rey en la zona residencial de Isla Dorada en la zona hotelera, con lujos, seguridad personal y por si fuera poco comprando propiedades en Cancún y recientemente una casa con muelle en Isla Mujeres, vino a enriquecerse no a trabajar, ni a velar por la seguridad de los quintanarroenses.
Pierde el cargo, pero no se irá, ya es avecindado en Quintana Roo, seguramente los cancunenses se cruzarán con él en las calles, plazas comerciales, restaurantes de lujo o lo verán en algún yate por Isla Mujeres, si no es que pisa cárcel por deudas pendientes con la justicia.
Dijo que se le caía la cara de verguenza por los hechos violentos ocurrido en la Plaza de la Reforma y que ponía su renuncia en la mesa, pensó que una vez más el gobernador no le tomaría la palabra, pero esta vez fue diferente.
Su salida también es para calmar los ánimos y una segunda revuelta, ya que este viernes, Capella tendría que comparecer en el Congreso del Estado y agrupaciones femimistas y ONG ya estaban convocando a una nueva manifestación en Chetumal para pedir su cabeza, marchas, protestas y muy posiblemente mas violencia.
El Mando Único que propuso, impuso y lideró, fue un fracaso total, lo solaparon hasta los diputados del Congreso del Estado, que al final de su única comparecencia hasta lo aplaudieron.
El zafarrancho, la represión y la brutalidad policiaca del pasado lunes, donde policías jalaron el gatillo para reprimir una manifestación feminista, con saldo de varios detenidos, golpeados y tres personas heridas de bala, fue la gota que derramó el vaso, porque ya estaba en capilla.
Lo ocurrido en la Plaza de la Reforma, fue solo una muestra de la incapacidad de los mandos y de los policías para hacer frente a una manifestación, aun con los actos vandálicos que se suscitaron, dieron muestra de carecer de un protocolo antimotín y de entrada no tenían porqué llevar armas a la contención de una manifestación porque no era una guerra.
La policía municipal de Cancún y de Quintana Roo debe de contar con un grupo táctico policiaco especializado y capacitado para estos casos, un grupo antimotín con la capacidad de disolver y resolver cualquier disturbio.
Pero ahí quedó de manifiesto que a pesar de los millonarios recursos que se destinan a Seguridad Pública, de nada sirve porque no se aplican con efectividad y se desvían para otros fines.
Todo tiene un origen y este estallido social es resultado de la creciente inseguridad y violencia que se vive en Cancún, de la ineficiencia policiaca y de manera especial la violencia que ocurre contra las mujeres en Cancún que no solo son violadas, violentadas y asesinadas, sino desmembradas con brutal saña.
FEMENICIDIOS Y VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
Capella paso de noche por Quintana Roo, su trabajo no se vio, no existió, la delincuencia creció a sus anchas y él fue insensible a la inseguridad y al dolor de muchas familias que han sufrido asaltos, robos y sobre todo la pérdida de un ser querido.
La muerte con violencia de 51 mujeres en lo que va del año, es fiel reflejo de lo que está pasando en Quintana Roo por falta de una efectiva Seguridad Pública.
Tan solo la semana pasada fueron cuatro sonados casos de feminicidios solo en Cancún, el primero de ellos una fémina de origen venezolano identificada como Rosibel de 31 años fue encontrada muerta en el baño de un cuarto del hotel Palapa Suites, ubicado frente al parque Las Palapas, con huellas de violencia.
El jueves una niña de 14 años fue violada en el fraccionamiento Villas Otoch Paraíso, cuando salía de su casa en la región 259 para ir a trabajar a casa de su tía.
El viernes por la noche sicarios dispararon contra una mujer en la calle Oaxaca de la supermanzana 77, fraccionamiento Tabachines.
El domingo pasado, una joven no identificada, fue asesinada con un corte en el cuello y un balazo en la cabeza, por tres hombres que convivían con ella en la supermanzana 75 MZ 13, vecinos escucharon gritos y vieron salir corriendo a los tres asesinos con manchas de sangre.
Y finalmente ayer lunes el triste desenlace de Bianca Alejandrina (Alexis), la joven de 20 años que encontraron descuartizada en el fraccionamiento Vista Real SM 252 y que ha detonado las manifestaciones feministas.
Capella falló y su renuncia es lo mejor que puede pasar a Quintana Roo
El ahora ex secretario de Seguridad Pública, Alberto Capella Ibarra, fracasó una vez más con su “Mando Único” que propuso y exigió se sumaran todos los municipios para tener el control de la seguridad del estado, era el único responsable de lo que aquí pasaba en materia de violencia e inseguridad.
Todo mundo lo vio alardear y ser protagonista en las redes sociales, pero su modelo de “Mando Único” que uso en el estado de Morelos durante cuatro años sin resultados positivos, aquí también resultó inoperante.
Mando Único fue solo un instrumento de poder y control a nivel estatal del Secretario de Seguridad Pública, que pidió el mando en todos los municipios y trató de excluirse de la represión y de la brutalidad policiaca con que actuaron sus subordinados.
No hay que buscar culpables, sabemos quién es el responsable.
La investigación debe ir más allá, incluso investigar a los policías que dispararon, tan fácil como recoger sus armas y someterlas a un peritaje donde se comprueben quienes jalaron el gatillo y detonaron sus armas, porque cada arma tienen un folio de registro y clave asignada a cada elemento.
Capella se va sin pena ni gloria, rebasado por la inseguridad, pero con cuentas pendientes por pagar, no hay que olvidar que está imputado por corrupción y bajo investigación de la FGR, pronto habrá noticias sobre algunos hechos en los que se vio involucrado, porque también fabricó delitos, acuso y no probó.