El pasado 28 de enero, sobre las islas de Hawái, tuvo lugar un peculiar acontecimiento. La cámara Subaru-Asahi Star, instalada en el telescopio Subaru situado en el pico más alto de Hawái, la cima del Maunakea, captó una serie de inquietantes líneas verdes brillantes que atravesaron el cielo nocturno durante poco más de un segundo.
Afortunadamente, no se trataba de una nave extraterrestre, aunque tampoco se trataba de un satélite de la NASA tomando observaciones, como inicialmente pensaban los expertos del Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ), copropietario de la cámara.
En concreto, los expertos habían sospechado que el culpable era ICESat-2, el Satélite de Hielo, Nubes y Elevación Terrestre-2 de la NASA, pero científicos del equipo ICESat-2 ATLAS confirmaron posteriromente que no fue su instrumento.
¿Qué las provocó entonces?
“Sus colegas, el Dr. Álvaro Ivanoff y otros, hicieron una simulación de la trayectoria de los satélites que tienen un instrumento similar y encontraron como candidato más probable el instrumento ACDL del satélite chino Daqi-1/AEMS”.
Así, los expertos creen que el responsable de los láseres que iluminaron el cielo de Hawái a finales de enero habría sido el recien enviado satélite chino, que, según asegura el medio científico, sigue estando en fase de exploración. En caso de funcionar como se espera, el satélite sería solo el principio de los planes chinos para vigilar la contaminación atmosférica.
Aún está por ver si estos láseres verdes de detección atmosférica se harán más comunes a medida que China alcance este objetivo. Con información de AMP DW.