Cancún.- En Cancún, existe una antigua leyenda que habla de una serpiente gigante con cuernos, un ser mítico que ha aterrorizado a los habitantes de la región durante años. Hace ocho años, frente a la casa de mi madre, donde abundaba la maleza, mi madre tuvo un encuentro cercano con esta criatura. Ella vio pasar a la serpiente a unos cinco metros de distancia y asegura que medía fácilmente unos treinta metros o más. Ese día, mis hijos acompañaron a mi madre a buscar leña, ya que se había acabado el gas y necesitábamos cocinar.

Mientras recogían la leña, mi madre comenzó a escuchar un ruido peculiar, como si un bulto pesado se arrastrara y moviera las ramas. Pensó que se trataba de un maleante, pero su sorpresa fue mayúscula al ver a la gigantesca serpiente pasar. El miedo la dejó paralizada, incapaz de moverse. Mis hijos, aún pequeños, le preguntaban qué pasaba.

Con voz temblorosa, les dijo que a la cuenta de tres saldrían corriendo, y así lo hicieron, llegando a la casa, donde se refugiaron con el seguro puesto. Temblando, mi madre me llamó para contarme lo ocurrido. Meses después, unos chicos de una compañía de cable llegaron a la casa asustados, pidiendo ayuda para llamar a sus jefes. Durante su descanso, una vecina les comentó sobre un cenote que había enfrente, y decidieron explorar.
En grupo, dejaron sus pertenencias, se quitaron los zapatos y la ropa, y se metieron al agua. Uno de ellos, buen nadador, comentó que había restos de perros, gatos y lo que parecían cadáveres humanos en el fondo. De repente, alguien gritó al ver la serpiente gigante, y todos salieron corriendo, dejando todo atrás. Querían llamar a la policía y a sus jefes para recuperar sus cosas. Nunca supe más de ellos; solo llamaron y se fueron. Poco después, se prohibió la entrada al cenote, que fue cerrado y rodeado de casas.

Dicen que esta criatura ha devorado a muchos perros y gatos callejeros. Es de color oscuro con rayas rojas y de un tamaño descomunal. La leyenda de la serpiente gigante de Cancún sigue viva, alimentada por el temor y los relatos de quienes aseguran haberla visto.