La pandemia obligó a cerrar todos los espacios públicos para evitar la propagación.
Perú.- Un ciudadano peruano de 75 años, se vió obligado a pasar unas vacaciones en cuarentena total en un hotel de Rosario, de una forma distinta a como lo viene haciendo regularmente desde hace 15 años; normalmente elige los meses de verano para instalarse en esa ciudad, visitar a sus parientes y reencontrarse con los amigos que hizo en los 60 cuando estudiaba la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Nacional de Rosario.
Llegó a Argentina el 17 febrero, cuando la ciudad china de Wuhan ya había aislado a todos sus habitantes por la proliferación del coronavirus pero todavía nadie imaginaba que se iba a desatar una pandemia con más de 70 mil muertos en todo el mundo.
Si bien estaba al tanto de que el virus había traspasado las fronteras del país asiático, y se conocían los primeros casos positivos en el norte Italia, él decidió seguir adelante con viaje. Ni siquiera lo hizo dudar el llamado del dueño del Hotel Viena, donde tenía hecha la reserva, quien le advirtió que la situación podría llegar a complicarse durante su estadía.
Esa misma noche habló el Presidente y anunció la cuarentena; Al otro día, se vació el hotel porque todos los que estaban hospedados habían asistido por un evento, salvo Carlos. Y como los empleados del hotel ya no iban a poder ir a trabajar porque debían cumplir con el aislamiento obligatorio decidió cerrarlo”, recordó Omar.
Alertado por la situación, Carlos se comunicó con uno de sus hijos que vive en Perú para pedirle que le cambiara el pasaje y le adelantara la fecha de vuelta. Pero las gestiones resultaron imposibles.

“Le dije que no se hiciera drama, que podía quedarse a hacer la cuarentena en el hotel. No podía dejarlo en la calle porque no tenía adonde ir”, señaló Omar, quien sin dudarlo le dejó las llaves de la puerta principal para que pudiera entrar y salir libremente a comprar comida cuando lo necesitara,“más teniendo en cuenta que el restaurante estaba cerrado”, explicó.
Como le sucede a cada una las personas que quedaron varadas en otros países, a Carlos lo tiene angustiado la falta de certeza de cuándo abrirarán las fronteras y la aerolínea que contrató pueda llevarlo de regreso a Perú. “Lo bromeo todo el tiempo con que con le voy tramitar la green card y lo voy a convertir en ciudadano rosarino”, concluyó Omar con la esperanza de que su situación se resuelva lo antes posible.
Para entretenerse, Carlos suele pasar largas horas sentado en los sillones de la recepción que miran hacia la calle.
#InspectorNocturno🕵️♂️. #Cancún. #Internacional🔴🚨