Israel.- Ni las advertencias de su gran aliado detienen el fuego del Ejército de Israel sobre Gaza. Las bombas golpearon distintas áreas de la densamente poblada ciudad de Rafah en la madrugada de este viernes 9 de febrero, causando mayor devastación y muerte.
Se trata del último rincón en el extremo sur de la bloqueada franja de tierra, donde más de la mitad de la población de 2,3 millones de personas se encuentran atrapadas sin que exista la posibilidad de cruzar la valla hacia Egipto.
Un edificio residencial cerca al hospital Kuwait fue uno de los sitios embestidos, donde cinco gazatíes murieron, incluidos tres niños y una mujer. Tres palestinos más murieron en otro ataque a la localidad. Al menos ocho habitantes perdieron la vida solo en Rafah, pero ningún rincón de Gaza está libre del asedio. En total, se registraron 107 víctimas mortales en las últimas 24 horas a lo largo del enclave, mientras la cifra de muertes en los cuatro meses de guerra ascendió a 27.947, informó el Ministerio de Salud local.
Pero detrás de cada cifra hay familias destrozadas por la pérdida de sus seres queridos, incluidos niños. Hasta Rafah llegó la mayoría de desplazados internos acatando las órdenes del Ejército israelí en las primeras semanas del conflicto en curso, cuando lanzó la incursión terrestre por el norte del territorio. Ya no hay más espacio para huir.
“¿Qué podemos hacer? Esto es obra del cobarde enemigo sionista que elige a civiles inocentes. ¿Esta niña está disparando cohetes contra los judíos? Que Dios nos ayude”, gritó una mujer que llegó con una menor en brazos al hospital de Al-Aqsa, en el norte de Gaza, tras ser víctima de un bombardeo.