Su hogar son las calles, viven, comen, duermen y trabajan en ellas.La UNICEF establece que los niños en situación de calle son los menores de 18 años, sufren de vínculos familiares débiles o inexistentes, que hacen de la calle su hábitat principal y desarrollan en ella la supervivencia.
Generalmente son infantes, entre los 7 y 14 años, desempeñándose como traga fuegos, malabaristas, vendedores callejeros, lavando autos, limpiando parabrisas o en el peor de los casos robando, asaltando o traficando con drogas.
Son resultado de la combinación de varios factores, principalmente: abandono, maltrato familiar, extravío del niño, robo del menor para explotación o trabajo infantil, o porque el niño decide abandonar su hogar por rebeldía, abuso, pobreza, hambre, influencia o imitación y están expuestos a violencia, robos, violaciones, prostitución, uso de inhalantes, desnutrición, accidentes, enfermedades, asesinatos, trata de infantes, explotación, pederastia y quedan a merced de la calle y de delincuentes que se aprovechan de su infancia y su soledad, terminando, en su mayoría vinculados con la delincuencia.
La población en situación de calle incrementa año con año, en Ciudad de México, según datos publicados por el Censo de Poblaciones Callejeras (2017), hay 4 mil 354 personas, además de 2 mil 400 personas que, si bien pernoctan en albergues tanto públicos como privados, su vida está en la calle; por lo que el total asciende a 6 mil 754. De la población que vive en la calle, 87% está compuesta por hombres y 13% por mujeres.
Ante esta situación la Secretaría de Desarrollo Social de la Ciudad de México opera el programa “Atención Integral a Personas Integrantes de Poblaciones Callejeras”, con el propósito de brindar atención a este sector de la población a través del monitoreo constante, promoción de servicios asistenciales o canalización a instituciones públicas y privadas, el cual:
Ayuda a la prevención, tratamiento e integración social de las personas en riesgo de vivir en calle e integrantes de poblaciones callejeras en la Ciudad de México.
Impulsa la participación de las personas adultas mayores en la prevención del consumo de sustancias psicoactivas en ámbitos familiares y comunitarios de la CDMX.
Promueve la salud y la prevención del consumo de alcohol, tabaco, marihuana y otras drogas en educación media superior de la CDMX (E.M.S.).