Italia registró el último día 40,902 nuevos contagios y 550 fallecidos por COVID-19, mientras el gobierno incluyó a dos regiones más, Campania y Toscana, en las “zonas rojas”, las de mayor riesgo y donde impera un confinamiento casi total.
Nápoles se preparaba ayer a introducir más restricciones ante el alarmante rebrote de coronavirus, con los hospitales al borde del colapso y los médicos atendiendo en sus automóviles a los pacientes que esperan ingresar a urgencias.
“No tenemos casi camas disponibles”, confesó Rodolfo Punzi, jefe del departamento de enfermedades infecciosas del hospital napolitano Domenico Cotugno. Los médicos tuvieron que sacar los tanques de oxígeno para atender a las personas directamente en sus coches.
En tanto, autoridades de la ciudad china de Wuhan informaron ayer que habían detectado rastros del coronavirus en tres muestras tomadas en carne de vacuno importada desde Brasil.